lunes, 20 de julio de 2009

Cine Venezolano

Mauricio Walerstein

Nacido en México, donde llegó a ser productor en Los caifanes y en Las puertas del paraíso entre otras y como director realizó Isabel, cuento del filme Siempre hay una primera vez y Fin de Fiesta (1972).

En Venezuela, realizó Cuando quiero llorar no lloro (1973) sobre la obra homónima del escritor venezolano Miguel Otero Silva, fue invitada a los festivales de Londres y Moscú, y se convirtió en el mayor éxito del cine nacional hasta esa fecha. Es la historia paralela de tres jóvenes nacidos el mismo día pero que militarán en facciones políticas opuestas.

Crónica de un subversivo latinoamericano (1976) alcanzó el reconocimiento máximo del Festival de Cartagena y se inspira en un hecho real, mientras que La empresa perdona un momento de locura (1977) se instaló en el máximo reconocimiento del Festival de Huelva, y se cuestiona incisivamente la solidaridad obrera y los métodos de coerción de los patronos.

Posteriormente, el director incursiona en historias intimistas y carentes de contenido político: Eva, Julia, Perla (1980); el valiente y logrado films que precede a películas tan populares como La ley del deseo y Doña Herlinda y su hijo, y ha sido ignorado injustamente en al historia del cine de temática gay hecho en América Latina La máxima felicidad (1982) sobre un trio compuesto por una pareja gay y una mujer que aprenden a compartir sus miedos, a superar algunas barreras morales y a aceptar al otro tal cual es. Historias de mujeres (1983), Macho y hembra (1984), Con el corazón en la mano (1987) y Móvil pasional (1993) en las cuales se percibe, si acaso, una muy tímida recuperación de sus intereses sociales. Juegos de Luna (2000), está basada en una novela adaptada de Carlos Noguera, y trata sobre la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en la Venezuela de los años `50. Su última película se llama ADN: La prueba (2005)
Referencias en el Portal:

Fin de la fiesta, 1972, Dirección
Cuando quiero llorar no lloro, 1973, Dirección
Crónica de un subversivo latinoamericano, 1976, Dirección
La empresa perdona un momento de locura, 1978, Dirección
Eva, Julia, Perla, 1980, Dirección
La máxima felicidad, 1982, Dirección
Macho y hembra, 1984, Dirección
De mujer a mujer, 1985, Dirección
Con el corazón en la mano, 1987, Dirección
Móvil pasional, 1993, Dirección
Juegos bajo la luna, 2000, Dirección
ADN: La prueba, 2005, Dirección








Crónica de un subversivo latinoamericano


Tipo de producción/Type of Production
Largometraje/Feature

Año de producción/Production Year
1974

País/Country
México-Venezuela

Duración/Running Time
103 min.

Dirección/Director
Mauricio Walerstein

Producción/Producer
Mauricio Walerstein, Abigail Rojas

Guión/Screenplay
Mauricio Walerstein, Luis Correa, José Ignacio Cabrujas sobre argumento de Luis Correa

Fotografía/Cinematography
Abigail Rojas

Edición/Editing
Alberto Torija

Sonido/Sound
Kurvenal Robles

Música/Music
Miguel Ángel Fuster

Dirección de arte/Art Direction
Eduardo Sosio

Compañías productoras/Production Companies
Rojas y Walerstein Producciones Cinematográficas

Formato/Format
35 mm

Reparto/Cast
Miguel Ángel Landa, Claudio Brook, Pedro Laya, Orlando Urdaneta, Rafael Briceño, Asdrubal Menéndez, José Ignacio Cabrujas, Julio Mota, Lucio Bueno, Eva Mondolfi, Perla Vonashek, Óscar Mendoza, María Eugenia Domínguez

Locación/Location
Caracas, Venezuela

En 1964, en un país latinoamericano, el periodista Juan es jefe de un movimiento armado de liberación que decide iniciar acciones radicales. Su segundo, un campesino, y los otros miembros del buró del grupo Ángel, Liliana y Marta, van a secuestrar al coronel estadounidense Whitney para obligar a su gobierno a suspender el fusilamiento del vietnamita Nguyen Van Troi, acusado de intentar asesinar al ministro de Defensa estadounidense. La ejecución del vietnamita es suspendida temporalmente y la policía busca al secuestrado con allanamientos. Juan no puede llevar a su víctima a lugar más seguro y uno de su grupo es aprehendido y persuadido de que delate a sus colegas. Otros son apresados. Juan y otro resisten y son muertos. El vietnamita es fusilado.

1 comentario:

Mario Fernandes dijo...

El poco interés del público por el cine nacional hace que todos los esfuerzos y la cuantiosa suma de dinero, más la inversión de tiempo más gastos de publicidad hace que sea una realización en vano, aunado a esto, intervienen muchos otros factores que hacen que el cine venezolano no termine de arrancar como debe, sin que se detenga la producción.